CAPITULO 9, ESCRITO POR RENZO
Marcia le advierte a Serena que no se meta con ninguno de sus "macizos" que no le costará caro, lo cual, preocupa a Serena.
Esa tarde, a la hora de salida, Serena tiene un encuentro con Octavio. Ella la mira muy asustada...
-¿Te pasa algo, Serena?
-No, no me pasa nada... jefe...
-Pues, te noto muy asustada. ¿En serio no te pasa nada?
-Si, jefe. No me pasa nada.
-Está bien. A propósito, ¿Qué vas a hacer más tarde?
-Pues... nada.
-Quisiera invitarte a cenar. Claro, si no es ningún problema.
-Pero, en ese momento, viene Marcia...
-¿Van a ir a cenar? ¿Puedo ir con ustedes, también?-, pregunta Marcia, empujando a Serena.
-Por supuesto que si, Marcia.-, responde Octavio.
Entonces, Marcia se le encima a Octavio, apartando a Serena, y se retira de su presencia.
Los tres se suben en el auto de Octavio. Octavio maneja el auto, mientras sintonizan música. El locutor dá la noticia: "¡No se olviden! ¡"Polvo Macizo" y "Frenchifornia" vienen a la ciudad, compren sus tickets rápido que se agotan!"
-¡Uy, me encanta la música de "Polvo Macizo"! ¡Como me gustaría ir al concierto!-, exclama Serena, con los ojos brillosos de la emoción.
-¿Te gusta "Polvo Macizo"?-, pregunta Marcia.
-Si, claro. ¡Son guapísimos y cantan muy bien!-, responde Serena.
-¡Bah! ¡No sé que le ven a esos tipos, no cantan, se muestran, son hombre-objeto para desear!-, exclama Octavio mientras maneja.
-¡Jefe! ¿A poco no le gusta la música de "Polvo Macizo"?-, dice Serena.
-La verdad, cantan muchas canciones antiguas... ¡No hay originalidad!-, responde Octavio.
-¿A poco usted prefiere a las "zorras" de Frenchifornia?-, pregunta Marcia.
-¿Por qué le dices "zorras" a las Frenchifornia? ¡Esas chicas son bellísimas y saben como cautivar al público con su música!-, exclama Octavio.
-¿Cantan? ¡Lo único que hacen esas chicas es mostrar las piernas! ¡Son un par de "zorras", sobretodo, la francesita esa, que es famosa por sus dotes en la cama! ¡Toda una "zorra"!-, exclama Marcia.
-¡Ay, Marcia, todas somos "zorra" para tí! ¿A poco no hay alguna mujer decente aquí?-, pregunta Serena.
-Pues, si... ¡Mi mamá y mi abuelita! ¡Las demás... son unas "zorras"!-, exclama Marcia.
Y siguen manejando rumbo hacia el Restaurante.
Por su parte, Valentín se lamenta debido al incidente que tuvo con Serena y dice para sí: "Siento mucho que las cosas hayan sucedido de esta manera, Serena, pero, no me gustaría que te hicieras ilusiones... no puedo amarte... yo amo a Gerónimo, aunque él me desprecie." En ese momento, suena en la radio una canción de "Polvo Macizo", "Seré tu amante bandido, bandido, corazón, corazón, malherido." Esa canción le trae gratos recuerdos a su gran amor muerto... aquel amor que se le parece mucho a Gerónimo.... tan igualito a él y tan diferente... ¿Por qué la vida tiene que ser así? El hombre que le gusta, lo aborrece...
Entonces, Valentín, confundido, decide salir a la playa, pensando en toparse con Gerónimo. Hay muchos hombres guapos, musculosos, que caminan, pero, ninguno es como él... es que Gerónimo es realmente especial. En ese momento, como por arte de magia, se aparece... estaba tan bello como siempre... había salido del mar y estaba todo mojado, mientras exhibía su cuerpo musculoso... ¡Lo adoraba y deseaba!
-Hola...-, se le acercó a hablar Valentín.
-¿Qué me miras "rareza"?-, responde Gerónimo, muy prepotente.
-No me digas "rareza."
-¿Y como debo llamar a los anormales como tú?
-¡Yo no soy ningún anormal! ¡Réspetame!
-¡Pues, esas inclinaciones tuyas no me parecen normales!
-¡No sé como he podido enamorarme de un hombre tan "cerrado" como tú! ¡Eres muy bello, pero, a la vez, eres muy detestable!
-¡Ay, si, qué miedo! ¡Míra como tiemblo! ¡Eres un engendro anormal y no me vuelvas a ver en mi vida!-, responde con sarcasmo, mientras que lo empuja.
-¡Oye! ¡Por qué me empujas!-, exclama Valentín.
Gerónimo vuelve a empujarlo, y le da la espalda, y se retira de su presencia. "Serena es la única que me comprende... pero, seguro ella no va a querer saber nada de mí... ahora que se enteró que soy gay..."
Mientras, en el Restaurante, Serena se encuentra sentada en su mesa, mientras platica con Octavio. Marcia no resiste ver como Serena se coquetea con Octavio. El le busca hacer conversación a Serena...
-El otro día leí un libro muy bueno llamado "Cuando amar no es pecado", y trataba, de manera muy abierta la homosexualidad.-, explica Octavio.
En ese momento, Serena recuerda que así se llama el libro de Valentín...
-Conozco ese libro... lo vi en una tienda... a propósito, conozco al autor.-, responde Serena, nerviosa.
-¿Conoces al autor? ¡Qué dicha tienes! ¡Pues, me gustaría que me firmara el libro!-, exclama Octavio.
-Por supuesto, podría llamarlo para concretar una cita con él. Valentín es una persona muy especial.-, dice Serena, con ojos soñadores.
-¡Ejem! ¡Octavio! ¿Y como está tu ahijado?-, pregunta Marcia, con sorna.
-Pues, supongo que Gerónimo está bien.
-¿Por qué no lo llamas para que nos acompañe a cenar?-, dice Marcia.
Serena se pone nerviosa.
-¡No gracias, por favor!-, exclama Serena.
-¿Te molesta ver a Gerónimo?
-No me gusta... es un tipo despreciable.-, dice Serena.
-A mí me cae muy bien.
-Pues, si a Serena le incomoda ver a mi ahijado, entonces, no hay que presionarla... además, ya viene la comida.
Entonces, el mozo les sirve la comida y ellos se saborean la comida. Serena masca haciendo mucho ruido, y come tan rápidamente que desparrama toda la comida en el mantel.
-¡Oye no te han enseñado modales para comer! ¡Eres una chica del desaste, "zorraltair"! ¡Qué verguenza con el jefe!-, exclama Marcia.
-A mi no me da verguenza, Marcia.-, dice Octavio comiendo.
Entonces, siguen comiendo. Rato después, ellos se retiran mientras que Serena le agradece a su jefe por la atención.
Al día siguiente, en el salón de belleza, Marcia no puede resistir ver a Serena: "¡No la soporto! ¡No sé como se coquetea con los clientes!" Entonces, tiene una macabra idea. Encuentra un frasco de tinte para el cabello y decide cambiar el contenido con un frasco de shampoo... "¡Jajajajaja! ¡Por esta equivocación, seguro la despiden! ¡Eres una genio, Marcia! ¡Jajajajaja!"
Entonces, Serena le aplica el frasco, pensando que se shampoo, y se lo aplica al cliente... de repente, el cliente, cuando seca el cabello nota que tiene el color verde... "¡Noooo! ¡Qué me has hecho!"
-¿Qué paso aquí?-, interviene Marcia, haciéndose la que no sabe nada.
-¡Esta mujerzuela me ha pintado el color de verde!-, exclama la cliente.
-Perdone, señora... creo que podría arreglarle el cabello...-, dice Serena.
-¡Tú no vas a hacer nada! ¡Estás despedida!
-¡Por favor, Marcia, no me despidas que necesito este trabajo!
-¡Eres un desastre, Serena, lárgate de aquí!
-¡Les juro que puedo remediar esto!
En ese momento, viene Octavio y Marcia le envía la queja...
-¡Octavio! ¡Mira lo que hizo la "zorra" esta! ¡Le pintó el cabello de verde a una cliente, deberías despedirla!
-A ver, Serena, qué pasó aquí.
-No lo sé, Don Octavio. Le estaba lavando el cabello a esta cliente y de repente, apareció su cabello de ese color... ¡Pero, yo puedo remediarlo, claro, si me da la oportunidad! ¡Por favor! ¡Pero, no me despida!
-Vamos a ver, Serena.-, dice Octavio.
Entonces, Serena llama a la cliente, y de repente, le hace un arreglo a su cabello, le aplica un nuevo tinte para el cabello, le hace un corte moderno... para su sorpresa, la cliente le gusta el resultado y la felicita. Y paga contenta, dándole una suculenta propina. Serena está contenta. Marcia vuelve a estar indignada. Don Octavio mira a Serena con ternura. Serena sonríe.
Rato después, después de trabajar, Serena va al apartamento de Valentín... El se emociona al verla...
-¡Serena! ¡Qué milagro encontrarte aquí!-, él la abraza fuertemente.
-Hola Valentín...
-Dime, ¿A qué se debe tu visita?
-Pues, quiero que conozcas a mi jefe, Don Octavio.
-¿Y como es tu jefe?
-Pues, me parece un hombre muy atractivo, interesante.
-¡Vamos, aprovecha! ¡Una oportunidad así, no hay que desaprovecharla!
-Pues, la verdad...
-¿Y cuál es el problema?
-Es un hombre muy atractivo, pero... es mi jefe...
-¿Y que tiene de malo?
-Es que... la verdad... no lo sé... bueno, cambiando de tema, te cuento que mi jefe quiere conocerte... porque ha leído tus libros y es fiel lector tuyo.
-Bueno, es un halago. Por supuesto que iré a su cita.
-Gracias, amigo mío.
-De nada.
-A propósito, ¿Te gusta la música de "Polvo Macizo"?
-¡Claro! ¡Los tres son guapísimos!-, él responde.
-Entonces, podríamos ir juntos al concierto, ¿Qué dices?
-Acepto encantado.
Los dos intercambian sonrisas y miradas con ternura. Valentín siente que Serena lo ha perdonado y su relación sigue como siempre.
Esa noche, Serena, muy contenta, camina por la calle, cuando de repente, se aparece Gerónimo, muy embriagado...
-No puedo Serena... te amo... te amo... y no puedo vivir sin tí...
-¡Gerónimo estás borracho!
-¡Estoy borracho de amor por tí!
Entonces, él la sujeta fuertemente con todas sus fuerzas y le da un beso en la boca. Ella intenta zafarse, pero, por más que lo intenta, cede ante sus besos, y los dos se besan con desmedida pasión.
CONTINUARA...
Esa tarde, a la hora de salida, Serena tiene un encuentro con Octavio. Ella la mira muy asustada...
-¿Te pasa algo, Serena?
-No, no me pasa nada... jefe...
-Pues, te noto muy asustada. ¿En serio no te pasa nada?
-Si, jefe. No me pasa nada.
-Está bien. A propósito, ¿Qué vas a hacer más tarde?
-Pues... nada.
-Quisiera invitarte a cenar. Claro, si no es ningún problema.
-Pero, en ese momento, viene Marcia...
-¿Van a ir a cenar? ¿Puedo ir con ustedes, también?-, pregunta Marcia, empujando a Serena.
-Por supuesto que si, Marcia.-, responde Octavio.
Entonces, Marcia se le encima a Octavio, apartando a Serena, y se retira de su presencia.
Los tres se suben en el auto de Octavio. Octavio maneja el auto, mientras sintonizan música. El locutor dá la noticia: "¡No se olviden! ¡"Polvo Macizo" y "Frenchifornia" vienen a la ciudad, compren sus tickets rápido que se agotan!"
-¡Uy, me encanta la música de "Polvo Macizo"! ¡Como me gustaría ir al concierto!-, exclama Serena, con los ojos brillosos de la emoción.
-¿Te gusta "Polvo Macizo"?-, pregunta Marcia.
-Si, claro. ¡Son guapísimos y cantan muy bien!-, responde Serena.
-¡Bah! ¡No sé que le ven a esos tipos, no cantan, se muestran, son hombre-objeto para desear!-, exclama Octavio mientras maneja.
-¡Jefe! ¿A poco no le gusta la música de "Polvo Macizo"?-, dice Serena.
-La verdad, cantan muchas canciones antiguas... ¡No hay originalidad!-, responde Octavio.
-¿A poco usted prefiere a las "zorras" de Frenchifornia?-, pregunta Marcia.
-¿Por qué le dices "zorras" a las Frenchifornia? ¡Esas chicas son bellísimas y saben como cautivar al público con su música!-, exclama Octavio.
-¿Cantan? ¡Lo único que hacen esas chicas es mostrar las piernas! ¡Son un par de "zorras", sobretodo, la francesita esa, que es famosa por sus dotes en la cama! ¡Toda una "zorra"!-, exclama Marcia.
-¡Ay, Marcia, todas somos "zorra" para tí! ¿A poco no hay alguna mujer decente aquí?-, pregunta Serena.
-Pues, si... ¡Mi mamá y mi abuelita! ¡Las demás... son unas "zorras"!-, exclama Marcia.
Y siguen manejando rumbo hacia el Restaurante.
Por su parte, Valentín se lamenta debido al incidente que tuvo con Serena y dice para sí: "Siento mucho que las cosas hayan sucedido de esta manera, Serena, pero, no me gustaría que te hicieras ilusiones... no puedo amarte... yo amo a Gerónimo, aunque él me desprecie." En ese momento, suena en la radio una canción de "Polvo Macizo", "Seré tu amante bandido, bandido, corazón, corazón, malherido." Esa canción le trae gratos recuerdos a su gran amor muerto... aquel amor que se le parece mucho a Gerónimo.... tan igualito a él y tan diferente... ¿Por qué la vida tiene que ser así? El hombre que le gusta, lo aborrece...
Entonces, Valentín, confundido, decide salir a la playa, pensando en toparse con Gerónimo. Hay muchos hombres guapos, musculosos, que caminan, pero, ninguno es como él... es que Gerónimo es realmente especial. En ese momento, como por arte de magia, se aparece... estaba tan bello como siempre... había salido del mar y estaba todo mojado, mientras exhibía su cuerpo musculoso... ¡Lo adoraba y deseaba!
-Hola...-, se le acercó a hablar Valentín.
-¿Qué me miras "rareza"?-, responde Gerónimo, muy prepotente.
-No me digas "rareza."
-¿Y como debo llamar a los anormales como tú?
-¡Yo no soy ningún anormal! ¡Réspetame!
-¡Pues, esas inclinaciones tuyas no me parecen normales!
-¡No sé como he podido enamorarme de un hombre tan "cerrado" como tú! ¡Eres muy bello, pero, a la vez, eres muy detestable!
-¡Ay, si, qué miedo! ¡Míra como tiemblo! ¡Eres un engendro anormal y no me vuelvas a ver en mi vida!-, responde con sarcasmo, mientras que lo empuja.
-¡Oye! ¡Por qué me empujas!-, exclama Valentín.
Gerónimo vuelve a empujarlo, y le da la espalda, y se retira de su presencia. "Serena es la única que me comprende... pero, seguro ella no va a querer saber nada de mí... ahora que se enteró que soy gay..."
Mientras, en el Restaurante, Serena se encuentra sentada en su mesa, mientras platica con Octavio. Marcia no resiste ver como Serena se coquetea con Octavio. El le busca hacer conversación a Serena...
-El otro día leí un libro muy bueno llamado "Cuando amar no es pecado", y trataba, de manera muy abierta la homosexualidad.-, explica Octavio.
En ese momento, Serena recuerda que así se llama el libro de Valentín...
-Conozco ese libro... lo vi en una tienda... a propósito, conozco al autor.-, responde Serena, nerviosa.
-¿Conoces al autor? ¡Qué dicha tienes! ¡Pues, me gustaría que me firmara el libro!-, exclama Octavio.
-Por supuesto, podría llamarlo para concretar una cita con él. Valentín es una persona muy especial.-, dice Serena, con ojos soñadores.
-¡Ejem! ¡Octavio! ¿Y como está tu ahijado?-, pregunta Marcia, con sorna.
-Pues, supongo que Gerónimo está bien.
-¿Por qué no lo llamas para que nos acompañe a cenar?-, dice Marcia.
Serena se pone nerviosa.
-¡No gracias, por favor!-, exclama Serena.
-¿Te molesta ver a Gerónimo?
-No me gusta... es un tipo despreciable.-, dice Serena.
-A mí me cae muy bien.
-Pues, si a Serena le incomoda ver a mi ahijado, entonces, no hay que presionarla... además, ya viene la comida.
Entonces, el mozo les sirve la comida y ellos se saborean la comida. Serena masca haciendo mucho ruido, y come tan rápidamente que desparrama toda la comida en el mantel.
-¡Oye no te han enseñado modales para comer! ¡Eres una chica del desaste, "zorraltair"! ¡Qué verguenza con el jefe!-, exclama Marcia.
-A mi no me da verguenza, Marcia.-, dice Octavio comiendo.
Entonces, siguen comiendo. Rato después, ellos se retiran mientras que Serena le agradece a su jefe por la atención.
Al día siguiente, en el salón de belleza, Marcia no puede resistir ver a Serena: "¡No la soporto! ¡No sé como se coquetea con los clientes!" Entonces, tiene una macabra idea. Encuentra un frasco de tinte para el cabello y decide cambiar el contenido con un frasco de shampoo... "¡Jajajajaja! ¡Por esta equivocación, seguro la despiden! ¡Eres una genio, Marcia! ¡Jajajajaja!"
Entonces, Serena le aplica el frasco, pensando que se shampoo, y se lo aplica al cliente... de repente, el cliente, cuando seca el cabello nota que tiene el color verde... "¡Noooo! ¡Qué me has hecho!"
-¿Qué paso aquí?-, interviene Marcia, haciéndose la que no sabe nada.
-¡Esta mujerzuela me ha pintado el color de verde!-, exclama la cliente.
-Perdone, señora... creo que podría arreglarle el cabello...-, dice Serena.
-¡Tú no vas a hacer nada! ¡Estás despedida!
-¡Por favor, Marcia, no me despidas que necesito este trabajo!
-¡Eres un desastre, Serena, lárgate de aquí!
-¡Les juro que puedo remediar esto!
En ese momento, viene Octavio y Marcia le envía la queja...
-¡Octavio! ¡Mira lo que hizo la "zorra" esta! ¡Le pintó el cabello de verde a una cliente, deberías despedirla!
-A ver, Serena, qué pasó aquí.
-No lo sé, Don Octavio. Le estaba lavando el cabello a esta cliente y de repente, apareció su cabello de ese color... ¡Pero, yo puedo remediarlo, claro, si me da la oportunidad! ¡Por favor! ¡Pero, no me despida!
-Vamos a ver, Serena.-, dice Octavio.
Entonces, Serena llama a la cliente, y de repente, le hace un arreglo a su cabello, le aplica un nuevo tinte para el cabello, le hace un corte moderno... para su sorpresa, la cliente le gusta el resultado y la felicita. Y paga contenta, dándole una suculenta propina. Serena está contenta. Marcia vuelve a estar indignada. Don Octavio mira a Serena con ternura. Serena sonríe.
Rato después, después de trabajar, Serena va al apartamento de Valentín... El se emociona al verla...
-¡Serena! ¡Qué milagro encontrarte aquí!-, él la abraza fuertemente.
-Hola Valentín...
-Dime, ¿A qué se debe tu visita?
-Pues, quiero que conozcas a mi jefe, Don Octavio.
-¿Y como es tu jefe?
-Pues, me parece un hombre muy atractivo, interesante.
-¡Vamos, aprovecha! ¡Una oportunidad así, no hay que desaprovecharla!
-Pues, la verdad...
-¿Y cuál es el problema?
-Es un hombre muy atractivo, pero... es mi jefe...
-¿Y que tiene de malo?
-Es que... la verdad... no lo sé... bueno, cambiando de tema, te cuento que mi jefe quiere conocerte... porque ha leído tus libros y es fiel lector tuyo.
-Bueno, es un halago. Por supuesto que iré a su cita.
-Gracias, amigo mío.
-De nada.
-A propósito, ¿Te gusta la música de "Polvo Macizo"?
-¡Claro! ¡Los tres son guapísimos!-, él responde.
-Entonces, podríamos ir juntos al concierto, ¿Qué dices?
-Acepto encantado.
Los dos intercambian sonrisas y miradas con ternura. Valentín siente que Serena lo ha perdonado y su relación sigue como siempre.
Esa noche, Serena, muy contenta, camina por la calle, cuando de repente, se aparece Gerónimo, muy embriagado...
-No puedo Serena... te amo... te amo... y no puedo vivir sin tí...
-¡Gerónimo estás borracho!
-¡Estoy borracho de amor por tí!
Entonces, él la sujeta fuertemente con todas sus fuerzas y le da un beso en la boca. Ella intenta zafarse, pero, por más que lo intenta, cede ante sus besos, y los dos se besan con desmedida pasión.
CONTINUARA...
estoy totalmente cautivado por la historia geronimo-valentino. Ellos son guapisimos y la historia es muy atractiva, fresca. Geronimo te seduce a cada insulto, me encanta.
ReplyDeletea mi la que me cautiva es Serena (jejejeje) y también, Xiomara aunque ella no sale mucho en la novela. :)
ReplyDeleteRenzo