CAPITULO 13, ESCRITO POR DEIANNE
Actuaciones Especiales:
-No-Dijo ella sin titubear. Él la miro con sus ojos verdes anegados de lagrimas por unos segundos. Estaba sorprendido- Quiero decir...no puedo, sería muy hipócrita de mi padre decirte que sí ahora, Gero, y no te equivoques, me gusta...más que eso, te quiero pero...también a Valentín.
-Comprendo...-Dijo él tomando su barbilla-Pero entiende que él nunca podrá ser nada tuyo, Serena, no le gustarías ni en mil años.
-Más haya de eso, el es mi mejor amigo y no puedo traicionarle. Tú le gustas y le dolería mucho si fueras mi novio.
-Le odio y no sabes cuanto, Serena. Si el es tu amigo de verdad querrá verte feliz.
-Y yo quiero verle feliz a él, por eso hago esto. No insistas más.
-De acuerdo-Dijo él, abrazándola por la cintura- ¿Y a escondidas?-Él ojiverde hizo un rostro de suplica casi irresistible que hizo sonreír a Serena.
-Gero, no sé que valores tendrás tú, pero para mí los amigos son más importantes que muchas otras cosas, entre ellas, el amor...
-No lo sé Serena, nunca tuve un amigo de verdad...-Ella se abrazó aun más a él quedando así, ambos enredados sobre el sofá de la sala.
-¿Sabes?, yo tenía una amiga, ella era sensacional. Me acuerdo de esas charlas tan largas a la hora de irse, bajando por la cuesta, remoloneando en la esquina. Con solo doce años y arreglando el mundo. ¿Quién podría imaginar un final tan mediocre para nuestra amistad?.
Fueron muchas tardes de risas amargas, de plantarle cara a las circunstancias, de hacer chistes hasta en los peores momentos, de ... amistad sin más.
Ella estaba enamorada de ti, como yo, y por eso deje de hablarle. Me dolió tanto, ella no tenía la culpa, ni yo. Y un tiempo después, ella murió- Lagrimas cristalinas comenzaron a deslizarse silenciosamente por su rostro. Gerónimo le acaricio el cabello con ternura.
-Lo siento, ¿estas hablando de Clara, no?...
-Sí, de ella, fue la única mejor amiga que tuve. Todos me consideraban demasiado débil, fea o quien sabe que otras cosas, fue la única que se acerco. A veces dura tan poco el "lo daría todo por ti" en la amistad como en un rollo. La gente se preocupa de cuidar a su pareja y los amigos a su lado parecen tan circunstanciales.
Por eso, no puedo traicionar a Valentín. Es mi único mejor amigo.
-Ahora te entiendo Serena, ¿Sabes?, a pesar de ser un desastre, un peligro nacional, la peor descuidada de todas, tiene un corazón enorme. Por eso te quiero tanto, prométeme que esperaras que a Valentín se le pasa lo que tiene conmigo y luego, luego estaremos juntos.
-Lo prometo, y si me olvido de Valentín, cabe agregar-Ella puso su mano sobre su corazón y lo miro lagrimeando-Promételo tú.
-Tenlo por seguro- Ella apoyo su cabeza sobre el pecho fornido de él y pudo escuchar el latido de su corazón. Estando junto a él de esa forma se sentía segura, especial...deseada.
Gerónimo la miro entregarse a los brazos de Morfeo poco a poco, así, callada, silenciosa. quieta...parecía la ternura personificada. Pero para quien la conocía, sabía lo desesperante que podía ser cuando sus cálidos ojos color chocolate estaba abiertos. Aun así, sabiendo de sus defectos, la amaba de una forma intensa, que no reconocía errores es más, que amaba cada imperfección.. La quería, a toda ella, sus ojos, sus labios...cada centímetro de su piel.
Mirándola reflexiono que ella era la única que podía destruir la coraza invisible que había formado alrededor de él. Serena, su debilidad más grande. Y esos momentos íntimos, que habían compartido unos instantes atrás, parecían tan irreales...
Un momento después ya no pensaba más nada, sólo acompaño a su amada hacia un sueño profundo.
Valentín estaba en su casa mirando viejas fotos. El álbum color marfil, estaba abierto en una página donde a la izquierda se encontraba la foto de él, con una mujer y dos bellos niños. A la derecha, una gran familia feliz.
Emma...¡Que gran error había cometido con ella!, por cobardía, por prejuicios...por no aceptarlo. Él siempre, desde pequeño, supo de su atracción por el mismo sexo. Y, en un principio, no lo quiso reconocer. Por sus padres...quienes le habían dado la espalda al conocer la verdad. Los extrañaba tanto y a pesar de ello, no podía volver.
Luz y Benjamín. Sus hijos. Todo lo que dejo por Santiago. Atrás su familia, atrás a Emma y aunque nunca quiso, le alejaron a sus mellizos. Años que no los veía, debían estar tan grandes. Sonrío tristemente por dentro.
Se había casado con la bella Emma Pirovanni tan joven, y sin medir las consecuencias. Siempre supo que no la amaba, que no podría quererla nunca también lo sabía, sólo que no lo aceptaba. No quería salir del armario, no quería enfrentar todo el dolor. Hasta que lo conoció, y valió la pena, o casi.
Sus padres no volvieron a hablarle, y Emma le quito a sus hijos y se fue lejos, quien sabe a donde.
Acaricio las pequeñas caritas sonrientes de la foto con su dedo índice.
-¿Valentín?-Preguntó tímidamente una voz conocida.
-Rodrigo-Dijo el joven escritor sobresaltado-¿Qué diablos haces aquí?, ¿Con que permiso entraste?
-Pues, hace un buen rato que estoy aquí, la puerta estaba abierta y yo sólo entre...¿Estas bien?, te ves muy triste.
-No estoy bien, te pido por favor que te vayas.
-Los niños de la foto son tus sobrinos ¿cierto?-Le preguntó curiosamente. Esperando por su bien, una respuesta afirmativa.
-Eres demasiado insistente. Tendrías que saber cuando es el momento de irse.
-Esquivaste mis preguntas. Tienes los ojos llorosos, y yo te quiero Valentín, cuéntame que te pasa. Permíteme, aunque sea, ser un poco tu amigo.
-Son mis hijos Rodrigo-El pelirrojo lo mira impactado por la confesión que acaba de hacerle Valentín- Y su madre me los quito cuando la deje por Santiago, el amor de mi vida, no los he visto desde que tenía tres años, ahora deben tener algo más de cinco...
-La discriminación de la que sufrimos es demasiado cruel...ella no ha podido hacerte eso.
-Emma, ella era una mujer muy buena, me amaba de verdad y yo la traicione...tiene todo el derecho.
-Por dios Valentín, ¡No lo tiene!. Al menos no a quitarte a tus hijos...
-Déjalo ya, Rodrigo, se me pasara, es que hoy, estoy demasiado sensible. Y vete de una vez, quiero descansar.
-No me niegues estar contigo. Permíteme ser parte de tu vida aunque sea solo un momento. Miénteme por unos instantes-Le pidió suplicante mientras que le miraba directamente a los ojos-Busquemos a tus hijos, yo te ayudaré, por cielo y tierra si quieres. Por ti soy capaz de ir hasta el fin del mundo, Valentín.
El joven lo miro dudando unos minutos. ¿Buscar a sus hijos?, encontrarlos nuevamente era su sueño más grande pero...tenía que dejar una vida atrás, un vida que tanto le había costado volver a construir después de Emma...después de Santiago.
Serena, no quería dejarla, su mejor amiga...
Gerónimo, a pesar de todo, lo amaba y muchos menos deseaba estar alejado de él. No lo soportaría.
-Deja de decir tonterías Rodrigo, ¡Vete!, sabes que soy una persona muy paciente, pero esto es una falta de respeto, ya he sido sincero contigo, no me interesas ni ahora, ni en mil años tampoco. Yo sólo tengo ojos para...
-¿Gerónimo?, ¿Acaso ibas a nombrar al petulante ese?, abre los ojos Valentín, él nunca te corresponderá, es un macho Salvatierra y a lo lejos se ve que estaba perdidamente enamorado de Serena, tu mejor amiga, ¿Acaso traicionarías su confianza?-Le dijo dolido, las palabras de él lo habían herido de una forma muy profunda.
-No quiero tener que repetirlo-Dijo nuevamente reprimiendo sus ganas de gritarle.
-Esta bien. Pero si eres capaz de hacerle eso a Serena, reconsidera si en verdad la sientes como tu mejor amiga. No pensé que fuera así, Valentín, ,me has decepcionado- Rodrigo se fue del lugar, dejando atrás a un herido y culpable escritor, sumergido en sus pensamientos.
El ruido de una puerta los despertó a ambos, Serena y Gerónimo miraron sorprendidos la figura parada a unos metros de ellos. Valentín los miraba con el rostro más lúgubre que había visto jamás. Herido, decepcionado, con los sueños rotos. Las lagrimas fluyeron sin timidez por su rostro. Y sin dejar que los dos enamorados dijeran una sola palabra, dio media vuelta y se escapo de la casa de Serena.
¡Estúpido!, siempre tan estúpido. Creyendo en la bondad de los demás. Y pensó que Serena era diferente. ¿Dónde había quedado el amor que sentía por él? ¿Su amistad?, claro esos conceptos son muy fáciles de reemplazar cuando alguien guapo se enamora ti y te lo da todo.
Caminaba por el mundo con la paz serena de quien lo ha perdido todo, había malgastado demasiado su ira con las burlas de los demás, no le quedaba nada, estaba cansado, apático, harto de lidiar con los que le miraban desde arriba como si se tratase de carne de psiquiátrico. Por lo menos podía apostar sobre seguro que nada iría a peor…
Tomó su celular y marco un número.
-¿Hola? ¿Rodrigo?, solo llamaba para decirte que acepto tu propuesta, ¿Podemos vernos mañana en la cafetería Vía Montt?, Gracias.
A veces dura tan poco el "lo daría todo por ti" en la amistad como en un rollo. Pensó él con tristeza.
¡¡que sorpresa nos ha dado valentin, pobrecito en este cap¡
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