CAPITULO 21, ESCRITO POR: RENZO
(* Serena y sus galanes *)
Esa noche, Gerónimo, dolido por su discusión con Serena, decide ir a un bar para desahogar sus penas. Triste, se sienta en la barra donde pide un vaso de whiskey en las rocas, y se lo toma todo de un sorbo, y vuelve a pedir otro vaso y otro y otro, hasta emborracharse.
Por su parte, la exuberante Xiomara reconoce a Gerónimo. A pesar de todo, ella lo sigue amando
y, aprovechando que está en copas, se sienta a su lado para seducirlo.
-Hola guapo, ¿Qué estás haciendo aquí solito?-, pregunta la bella mujer.
-Hola Xiomara.-, él responde, ya embriagado.
-¿Te pasa algo, guapo? Vamos, ánimate, hay que vivir la vida y pasarla rico.-, ella le da besos en el cuello y, discretamente, le desabotona la camisa, y entre copas y caricias, la bella Xiomara se va envolviendo en un juego de pasión. Xiomara lo llena de besos en el cuello, en la boca, mientras que él cierra los ojos y jadea: “Serena… Serena.” La exuberante mujer sigue enredándolo en su pasión.
Al día siguiente, él se despierta, confundido, en la cama de una habitación extraña…
-¿Dónde estoy? ¿Qué estoy haciendo aquí?-, exclama Gerónimo.
De repente, se sorprende al ver a Xiomara, acostada a su lado, completamente desnuda…
-¿Xiomara? ¿Qué estás haciendo aquí?-, dice Gerónimo.
-Mi amor, ayer tuvimos una noche maravillosa. Me dijiste que te amaba.-, dice Xiomara.
-¿Qué estás diciendo?
-Que ayer nos entregamos plenamente a la pasión y el deseo.
-¡Pero, yo no te amo, Xiomara…!
-Eso fue lo que me dijiste anoche, cuando hacíamos el amor.
-No, lo nuestro no puede ser, Xiomara, lo siento. Pero, realmente, lo siento.
Ella lo sujeta con todas sus fuerzas, pero, el logra zafarla rapidamente y la empuja fuertemente contra la pared. El comienza a desesperarse. Ella reacciona indignada.
-Xiomara… discúlpame… por favor, discúlpame… no fue mi intención hacerte daño… pero, compréndelo. Yo no te amo.
-¡Retírate, por favor!-, exclama Xiomara.
-Tienes razón. Adiós, Xiomara.
-Adiós, Gerónimo.
El se retira de su presencia. Entonces, ella llama por telefóno al salón de belleza para hablar con Don Octavio. Pero, Marcia contesta el teléfono y le responde, furiosa, que no está y cuelga el telefono. Xiomara, entonces, sola y desamparada, decide irse lejos para reiniciar una nueva vida.
Esa noche, Gerónimo, dolido por su discusión con Serena, decide ir a un bar para desahogar sus penas. Triste, se sienta en la barra donde pide un vaso de whiskey en las rocas, y se lo toma todo de un sorbo, y vuelve a pedir otro vaso y otro y otro, hasta emborracharse.
Por su parte, la exuberante Xiomara reconoce a Gerónimo. A pesar de todo, ella lo sigue amando
y, aprovechando que está en copas, se sienta a su lado para seducirlo.
-Hola guapo, ¿Qué estás haciendo aquí solito?-, pregunta la bella mujer.
-Hola Xiomara.-, él responde, ya embriagado.
-¿Te pasa algo, guapo? Vamos, ánimate, hay que vivir la vida y pasarla rico.-, ella le da besos en el cuello y, discretamente, le desabotona la camisa, y entre copas y caricias, la bella Xiomara se va envolviendo en un juego de pasión. Xiomara lo llena de besos en el cuello, en la boca, mientras que él cierra los ojos y jadea: “Serena… Serena.” La exuberante mujer sigue enredándolo en su pasión.
Al día siguiente, él se despierta, confundido, en la cama de una habitación extraña…
-¿Dónde estoy? ¿Qué estoy haciendo aquí?-, exclama Gerónimo.
De repente, se sorprende al ver a Xiomara, acostada a su lado, completamente desnuda…
-¿Xiomara? ¿Qué estás haciendo aquí?-, dice Gerónimo.
-Mi amor, ayer tuvimos una noche maravillosa. Me dijiste que te amaba.-, dice Xiomara.
-¿Qué estás diciendo?
-Que ayer nos entregamos plenamente a la pasión y el deseo.
-¡Pero, yo no te amo, Xiomara…!
-Eso fue lo que me dijiste anoche, cuando hacíamos el amor.
-No, lo nuestro no puede ser, Xiomara, lo siento. Pero, realmente, lo siento.
Ella lo sujeta con todas sus fuerzas, pero, el logra zafarla rapidamente y la empuja fuertemente contra la pared. El comienza a desesperarse. Ella reacciona indignada.
-Xiomara… discúlpame… por favor, discúlpame… no fue mi intención hacerte daño… pero, compréndelo. Yo no te amo.
-¡Retírate, por favor!-, exclama Xiomara.
-Tienes razón. Adiós, Xiomara.
-Adiós, Gerónimo.
El se retira de su presencia. Entonces, ella llama por telefóno al salón de belleza para hablar con Don Octavio. Pero, Marcia contesta el teléfono y le responde, furiosa, que no está y cuelga el telefono. Xiomara, entonces, sola y desamparada, decide irse lejos para reiniciar una nueva vida.
(* Marcia *)
Han pasado varios años, Gerónimo va al Salón de Belleza a buscar a Serena, pero, se encuentra con Marcia…
-Hola, guapo, ¿Cómo estás? ¿Quieres un corte de cabello?-, dice Marcia, en tono sensual.
-Hola, Marcia. Estoy buscando a Serena, ¿Ella está aquí?
-Pues, lo siento mucho, guapo, pero, tu adorada “zorrita” ya no trabaja aquí. Pero, no te preocupes, que yo estoy dispuesta a darte todo lo que necesites.
-¡Te repito, Marcia, que no vuelvas a llamar “zorra” a Serena!
-¡Está bien, está bien, pero, no te sulfures! Más bien, ¿Qué te parece si hoy salimos a una discoteca que acabaron de inargurar hace poco?
-Marcia… yo…
-No te preocupes, lo entiendo. Sé que nunca vas a amar a otra que no sea esa… ejem… Serena. Lo decía, sin compromiso alguno, solo como amigos, ¿Qué dices?
-Está bien.
Marcia lo mira a Gerónimo con ojos de desbordante pasión.
Han pasado varios años, Gerónimo va al Salón de Belleza a buscar a Serena, pero, se encuentra con Marcia…
-Hola, guapo, ¿Cómo estás? ¿Quieres un corte de cabello?-, dice Marcia, en tono sensual.
-Hola, Marcia. Estoy buscando a Serena, ¿Ella está aquí?
-Pues, lo siento mucho, guapo, pero, tu adorada “zorrita” ya no trabaja aquí. Pero, no te preocupes, que yo estoy dispuesta a darte todo lo que necesites.
-¡Te repito, Marcia, que no vuelvas a llamar “zorra” a Serena!
-¡Está bien, está bien, pero, no te sulfures! Más bien, ¿Qué te parece si hoy salimos a una discoteca que acabaron de inargurar hace poco?
-Marcia… yo…
-No te preocupes, lo entiendo. Sé que nunca vas a amar a otra que no sea esa… ejem… Serena. Lo decía, sin compromiso alguno, solo como amigos, ¿Qué dices?
-Está bien.
Marcia lo mira a Gerónimo con ojos de desbordante pasión.
(* Emma *)
Mientras tanto, Scarlett camina por el boulevard cuando, de repente, se impacta al ver a Emma…
-¿Emma? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿No deberías estar en la clínica?
-He regresado, Scarlett. Y quiero ver a mis hijos.
-Ha pasado mucho tiempo. Ellos, quizás, ya no te reconozcan.
-No importa, igual, seguiré ganándome, nuevamente, por mi cariño. Quiero verlos.
-¿Estás seguro que ya estás recuperada? ¿Y si te da una recaída?
-No, estoy bien. Acabo de ver la vida desde otra perspectiva, conocí a un hombre maravilloso, y lo único que quiero es recuperar la custodia de mis hijos. ¿Dónde están?
-Ellos… ejem… están…
En ese momento, vienen Luz y Benjamín, ya convertidos en unos adolescentes, y de repente, al ver nuevamente a Emma, su madre, guiados por su instinto maternal, corren a abrazarla. Emma abraza fuertemente a sus hijos, mientras le da un beso en la frente. Scarlett mira con rabia aquella enternecedora escena…
-¡Luz! ¡Benjamin! ¡Ya vámonos! ¡Se está haciendo tarde!-, exclama, con voz de mando.
-¡Tía Scarlett! ¡Queremos estar con nuestra madre!-, exclaman Luz y Benjamín.
-¡Vamonos de aquí!-, exclama Scarlett.
-Vamos, Scarlett, déjame estar un rato con mis hijos.-, dice Emma.
Pero, Scarlett no hace caso y le jala un brazo a Luz y Benjamín y los retira de la presencia de Emma. Pero, Emma se siente más aliviada al saber que sus hijos todavía la quieren.
Mientras tanto, Scarlett camina por el boulevard cuando, de repente, se impacta al ver a Emma…
-¿Emma? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿No deberías estar en la clínica?
-He regresado, Scarlett. Y quiero ver a mis hijos.
-Ha pasado mucho tiempo. Ellos, quizás, ya no te reconozcan.
-No importa, igual, seguiré ganándome, nuevamente, por mi cariño. Quiero verlos.
-¿Estás seguro que ya estás recuperada? ¿Y si te da una recaída?
-No, estoy bien. Acabo de ver la vida desde otra perspectiva, conocí a un hombre maravilloso, y lo único que quiero es recuperar la custodia de mis hijos. ¿Dónde están?
-Ellos… ejem… están…
En ese momento, vienen Luz y Benjamín, ya convertidos en unos adolescentes, y de repente, al ver nuevamente a Emma, su madre, guiados por su instinto maternal, corren a abrazarla. Emma abraza fuertemente a sus hijos, mientras le da un beso en la frente. Scarlett mira con rabia aquella enternecedora escena…
-¡Luz! ¡Benjamin! ¡Ya vámonos! ¡Se está haciendo tarde!-, exclama, con voz de mando.
-¡Tía Scarlett! ¡Queremos estar con nuestra madre!-, exclaman Luz y Benjamín.
-¡Vamonos de aquí!-, exclama Scarlett.
-Vamos, Scarlett, déjame estar un rato con mis hijos.-, dice Emma.
Pero, Scarlett no hace caso y le jala un brazo a Luz y Benjamín y los retira de la presencia de Emma. Pero, Emma se siente más aliviada al saber que sus hijos todavía la quieren.
(* Gerónimo *)
Esa noche, Gerónimo se prepara para su cita con Marcia, cuando de repente, piensa en Serena, y dice para sí mismo…
-Lo siento, Marcia, pero, no puedo hacerle esto a Serena. A pesar de todo, yo la amo. Oh, Serena, ¿Dónde estarás? ¿Qué estarás haciendo en este momento? Entonces, él decide no ir a la cita.
Mientras al mismo tiempo, en la discoteca “Nefertiti´s”, Marcia espera insistentemente en la barra, del cual, no llega y comienza a preocuparse, y fuma un cigarrillo. A su lado, está Scarlett…
-¿Te pasa algo?-, pregunta Scarlett.
-Estoy esperando a mi cita, pero, no ha llegado todavía.
-¿Te ha dejado plantada, no es así?
-No, debió haber pasado una emergencia… pero, él no es así. ¿Qué le habrá pasado?
En ese momento, se apagan las luces, comienza el show de la noche… el anunciador presenta a la gran atracción de la noche, Deianne, una talentosa cantante argentina, que deleita a todos con su carisma y sensualidad. “Esta canción es dedicada a ustedes, querido público, es un gran éxito de Katy Perry…” En ese momento, la contagiosa melodía invade la mante de Scarlett y Marcia…
-¡Esa cantante es genial, tengo todos sus discos!-, exclama Marcia.
-¿En serio? ¡Yo nunca la he visto en mi vida!
Así, poco a poco, invadidos por la música, el trago, Marcia y Scarlett se dejan llevar por sus impulsos, y siguen disfrutando de una inolvidable velada. Al día siguiente, las dos amanecen, desnudas, abrazas en una cama.
Esa noche, Gerónimo se prepara para su cita con Marcia, cuando de repente, piensa en Serena, y dice para sí mismo…
-Lo siento, Marcia, pero, no puedo hacerle esto a Serena. A pesar de todo, yo la amo. Oh, Serena, ¿Dónde estarás? ¿Qué estarás haciendo en este momento? Entonces, él decide no ir a la cita.
Mientras al mismo tiempo, en la discoteca “Nefertiti´s”, Marcia espera insistentemente en la barra, del cual, no llega y comienza a preocuparse, y fuma un cigarrillo. A su lado, está Scarlett…
-¿Te pasa algo?-, pregunta Scarlett.
-Estoy esperando a mi cita, pero, no ha llegado todavía.
-¿Te ha dejado plantada, no es así?
-No, debió haber pasado una emergencia… pero, él no es así. ¿Qué le habrá pasado?
En ese momento, se apagan las luces, comienza el show de la noche… el anunciador presenta a la gran atracción de la noche, Deianne, una talentosa cantante argentina, que deleita a todos con su carisma y sensualidad. “Esta canción es dedicada a ustedes, querido público, es un gran éxito de Katy Perry…” En ese momento, la contagiosa melodía invade la mante de Scarlett y Marcia…
-¡Esa cantante es genial, tengo todos sus discos!-, exclama Marcia.
-¿En serio? ¡Yo nunca la he visto en mi vida!
Así, poco a poco, invadidos por la música, el trago, Marcia y Scarlett se dejan llevar por sus impulsos, y siguen disfrutando de una inolvidable velada. Al día siguiente, las dos amanecen, desnudas, abrazas en una cama.
(* Rodrigo *)
Mientras, Rodrigo está postrado al frente de la entrada del salón de belleza, cuando de repente, aparece Serena…
-¡Serena! ¿Cómo estás? ¡Tiempo que no te veía!
-Hola Rodrigo, estoy bien, ¿Y tú?
-Pues, no me puede ir mejor.
-¿Cómo está Valentín? Hace tiempo que no sé nada de él.
-Valentín y yo estamos muy bien. Cada vez, estamos muy enamorados.
-Me alegra escuchar esto. ¿Y como va todo en el salón de belleza?
-Pues, desde que Marcia se ha hecho cargo del salón de belleza, ya la cosa no es lo mismo. Imagínate, ya son las 8 de la noche, y ella no está aquí. Lo peor es que ella es la única que tiene llave.
En ese momento, vienen Don Octavio, abrazando a Emma. Octavio mira a Serena. Ella sonríe.
-Hola Serena, ¿Qué estás haciendo aquí?-, dice Octavio.
-Estoy bien. Pasaba por aquí cerca, y me encontré con Rodrigo.-, responde la bella Serena.
-Quiero presentarte a Emma, mi pareja.-, dice Octavio, mostrando a Emma.
Serena y Emma estrechan las manos.
-Disculpe que los interrumpa, pero, Marcia no ha llegado y ella tiene la llave para abrir la tienda.-, dice Rodrigo.
-¿Han llamado a Marcia? ¿Ella donde está?-, dice Octavio.
-Pues, la llamé a su celular, pero, no contesta.-, dice Rodrigo.
-Yo sé donde vive. Vamos a buscarla ahora mismo.-, dice Octavio.
De repente, todos se suben al auto de Octavio y se dirigen rumbo a casa de Marcia.
Mientras, Rodrigo está postrado al frente de la entrada del salón de belleza, cuando de repente, aparece Serena…
-¡Serena! ¿Cómo estás? ¡Tiempo que no te veía!
-Hola Rodrigo, estoy bien, ¿Y tú?
-Pues, no me puede ir mejor.
-¿Cómo está Valentín? Hace tiempo que no sé nada de él.
-Valentín y yo estamos muy bien. Cada vez, estamos muy enamorados.
-Me alegra escuchar esto. ¿Y como va todo en el salón de belleza?
-Pues, desde que Marcia se ha hecho cargo del salón de belleza, ya la cosa no es lo mismo. Imagínate, ya son las 8 de la noche, y ella no está aquí. Lo peor es que ella es la única que tiene llave.
En ese momento, vienen Don Octavio, abrazando a Emma. Octavio mira a Serena. Ella sonríe.
-Hola Serena, ¿Qué estás haciendo aquí?-, dice Octavio.
-Estoy bien. Pasaba por aquí cerca, y me encontré con Rodrigo.-, responde la bella Serena.
-Quiero presentarte a Emma, mi pareja.-, dice Octavio, mostrando a Emma.
Serena y Emma estrechan las manos.
-Disculpe que los interrumpa, pero, Marcia no ha llegado y ella tiene la llave para abrir la tienda.-, dice Rodrigo.
-¿Han llamado a Marcia? ¿Ella donde está?-, dice Octavio.
-Pues, la llamé a su celular, pero, no contesta.-, dice Rodrigo.
-Yo sé donde vive. Vamos a buscarla ahora mismo.-, dice Octavio.
De repente, todos se suben al auto de Octavio y se dirigen rumbo a casa de Marcia.
(* Scarlett *)
En la pensión, Marcia y Scarlett siguen dormiendo completamente desnudas, abrazadas entre sí. En ese momento, llegan Serena y los demás y pregunta por Marcia en recepción y suben rapidamente al apartamento. Tocan el timbre con insistencia pero, no responde, entonces, intentan que forzar la puerta. Serena y Emma llaman a la administradora, que tiene las llaves de emergencia y, de inmediato, la abren. Para su asombro, ellos encuentran a Marcia y Scarlett, abrazadas, durmiendo. Emma y Rodrigo están impresionados. Marcia jadea, mientras abraza a Scarlett: “Te amo.”
-¿Scarlett? ¿Qué estás haciendo aquí?-, exclama Emma, impactada.
Scarlett despierta y de repente, se ve completamente, desnuda, al lado de Marcia. Ella se impacta.
-¿Eh? ¡No es lo que estás pensando, Emma!-, exclama Scarlett, levántandose desnuda de la cama.
Emma no la escucha y se retira de la habitación. Octavio va tras ella. Scarlett quiere ir tras Emma, pero, Rodrigo la sujeta fuertemente, para encararla.
-¡Esto es inaudito! ¡Tanto que nos criticaste a Valentín y resultaste ser…!-, exclama Rodrigo, con indignación.
-¡Suéltame, mariquita! ¡Yo no estoy hablando contigo!-, exclama Scarlett.
-¡Oye! ¡Tú no tienes ningún derecho de hablarle así a mi amigo!-, interviene Serena.
En ese momento, se despierta Marcia…
-¿Qué está pasando aquí?-, Marcia despierta, somnolienta.
-¡Lo que pasa es que, finalmente, tu amiga y tú, Marcia, mostraron su verdadera cara!-, exclama Serena.
-¡Oye! ¿De qué estás hablando “zorraltair”?-, exclama Marcia.
-¡Acabo de verte, en la cama, completamente desnuda, junto con otra mujerzuela!-, exclama Serena.
-No es lo que estás pensando, “zorraltair”…-, dice Marcia.
-Pues, todos te vimos, Marcia, tu reputación se ha ido por los suelos.-, exclama Serena.
Serena y Rodrigo se retiran del lugar. Marcia habla con Scarlett que luce desesperada.
-¿Qué está pasando aquí?-, exclama Marcia.
-No lo sé. Eso resuélvelo tú. Permiso.-, dice Scarlett, retirándose de la habitación. Marcia sigue confundida.
En la pensión, Marcia y Scarlett siguen dormiendo completamente desnudas, abrazadas entre sí. En ese momento, llegan Serena y los demás y pregunta por Marcia en recepción y suben rapidamente al apartamento. Tocan el timbre con insistencia pero, no responde, entonces, intentan que forzar la puerta. Serena y Emma llaman a la administradora, que tiene las llaves de emergencia y, de inmediato, la abren. Para su asombro, ellos encuentran a Marcia y Scarlett, abrazadas, durmiendo. Emma y Rodrigo están impresionados. Marcia jadea, mientras abraza a Scarlett: “Te amo.”
-¿Scarlett? ¿Qué estás haciendo aquí?-, exclama Emma, impactada.
Scarlett despierta y de repente, se ve completamente, desnuda, al lado de Marcia. Ella se impacta.
-¿Eh? ¡No es lo que estás pensando, Emma!-, exclama Scarlett, levántandose desnuda de la cama.
Emma no la escucha y se retira de la habitación. Octavio va tras ella. Scarlett quiere ir tras Emma, pero, Rodrigo la sujeta fuertemente, para encararla.
-¡Esto es inaudito! ¡Tanto que nos criticaste a Valentín y resultaste ser…!-, exclama Rodrigo, con indignación.
-¡Suéltame, mariquita! ¡Yo no estoy hablando contigo!-, exclama Scarlett.
-¡Oye! ¡Tú no tienes ningún derecho de hablarle así a mi amigo!-, interviene Serena.
En ese momento, se despierta Marcia…
-¿Qué está pasando aquí?-, Marcia despierta, somnolienta.
-¡Lo que pasa es que, finalmente, tu amiga y tú, Marcia, mostraron su verdadera cara!-, exclama Serena.
-¡Oye! ¿De qué estás hablando “zorraltair”?-, exclama Marcia.
-¡Acabo de verte, en la cama, completamente desnuda, junto con otra mujerzuela!-, exclama Serena.
-No es lo que estás pensando, “zorraltair”…-, dice Marcia.
-Pues, todos te vimos, Marcia, tu reputación se ha ido por los suelos.-, exclama Serena.
Serena y Rodrigo se retiran del lugar. Marcia habla con Scarlett que luce desesperada.
-¿Qué está pasando aquí?-, exclama Marcia.
-No lo sé. Eso resuélvelo tú. Permiso.-, dice Scarlett, retirándose de la habitación. Marcia sigue confundida.
(* Octavio y Emma *)
Mientras, afuera del edificio, Octavio alcanza a Emma…
-Emma, ¿Qué pasó? ¿Qué sucede?
-¡Snif! ¡Ahora más que nunca tengo que recuperar a mis hijos!
-¿De qué estás hablando?
-Octavio, por favor, abrázame fuerte.
El la abraza fuertemente con todas sus fuerzas, mientras acaricia su cabello, para calmarla. El, lentamente, la besa. Ella le responde el beso y los dos se besan con desmedida pasión.
Mientras, afuera del edificio, Octavio alcanza a Emma…
-Emma, ¿Qué pasó? ¿Qué sucede?
-¡Snif! ¡Ahora más que nunca tengo que recuperar a mis hijos!
-¿De qué estás hablando?
-Octavio, por favor, abrázame fuerte.
El la abraza fuertemente con todas sus fuerzas, mientras acaricia su cabello, para calmarla. El, lentamente, la besa. Ella le responde el beso y los dos se besan con desmedida pasión.
(* Emma *)
Dias después, Emma comienza un largo proceso para recuperar la tutela de sus hijos, ahora con evidencias y testigos irrefutables, del cual, Scarlett no tiene otra alternativa que ceder.
Emma, contenta, va a abrazar a sus hijos, Luz y Benjamín. Ella los abraza y besa fuertemente.
-Hijos, ya no los voy a dejar otra vez, los quiero mucho.
-¡Mami! ¡Mami! ¡Te queremos mucho!
Ella vuelve a abrazarlos. Octavio decide retirarse del lugar, pero, Emma lo diviza y le dice que se quede…
-Octavio, ¿Por qué te vas?
-Tienes que estar con tus hijos.
-¡Mami, mami! ¿Quién es ese señor?-, exclama Luz.
-Quiero presentarles a Octavio, un buen hombre.-, dice Emma.
Los niños miran temerosos a Octavio. El solo les sonríe. La pequeña Luz se acerca a darle la mano al hombre, haciendo que ambos intercambien miradas. Y él vuelve a intercambiar miradas con Emma. Los cuatro salen del juzgado, felices y contentos.
Afuera del juzgado, Emma se encuentra con Valentín. Emma deja que los hijos, guiados por un impulso, corren a abrazar a su padre. Emma se acerca a Valentín. Ella luce más resignada con su presencia…
-Hola Valentín, ¿Cómo estás?
-Hola Emma-, él responde, abrazando a sus hijos.
-Te cuento que el juez me ha dado la tutela de los hijos.-, dice Emma.
-Cuánto me alegro. Te felicito.-, dice Valentín, aunque en su mirada, hay un halo de tristeza.
-Valentín… lo he pensado muchas veces… no soy nadie para juzgar a las personas por sus preferencias sexuales… pero,creo que, a pesar de todo, has sido un buen padre con ellos… y pienso…
-¿Qué es lo que quieres decirme, Emma?-, pregunta Valentín, con dudas.
-Pienso que tienes todo mi apoyo para que puedas ver a nuestros hijos.
-¿En serio? ¿No estás bromeando?
-No, es la verdad. Tienes el derecho de visitar a mis hijos, cuantas veces quieras.
-Gracias, Emma. Gracias por todo.-, exclama Valentín, dándole un beso en la mejilla a Emma.
Emma lo mira con ternura y resignación.
(* Scarlett *)
Días después, en el aeropuerto, Scarlett camina triste, con sus maletas, cuando se encuentra con Marcia, que también llevaba una maleta…
-¿Scarlett? ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás triste?-, dice Marcia.
-¡Lo perdí todo! ¡Todo por culpa de un estúpido desliz! ¡Maldita la noche que nos conocimos!
-Pues, yo la pasé “rico” esa noche.
-¡Me voy de este pueblucho para siempre y empezar una nueva vida!
-Te acompaño, yo también, lo perdí todo. Perdí al amor de mi vida, mi reputación, así que me voy, lejos, a iniciar una nueva vida.
-Está bien, quizás, en otro lugar, podamos ser, finalmente, apreciadas.
Las dos, entonces, abordan el avión que las lleve a una nueva vida.
CONTINUARA...
Días después, en el aeropuerto, Scarlett camina triste, con sus maletas, cuando se encuentra con Marcia, que también llevaba una maleta…
-¿Scarlett? ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás triste?-, dice Marcia.
-¡Lo perdí todo! ¡Todo por culpa de un estúpido desliz! ¡Maldita la noche que nos conocimos!
-Pues, yo la pasé “rico” esa noche.
-¡Me voy de este pueblucho para siempre y empezar una nueva vida!
-Te acompaño, yo también, lo perdí todo. Perdí al amor de mi vida, mi reputación, así que me voy, lejos, a iniciar una nueva vida.
-Está bien, quizás, en otro lugar, podamos ser, finalmente, apreciadas.
Las dos, entonces, abordan el avión que las lleve a una nueva vida.
CONTINUARA...
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