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CAPITULO 21, ESCRITO POR: RENZO

CAPITULO 21, ESCRITO POR: RENZO


(* Serena y sus galanes *)

Esa noche, Gerónimo, dolido por su discusión con Serena, decide ir a un bar para desahogar sus penas. Triste, se sienta en la barra donde pide un vaso de whiskey en las rocas, y se lo toma todo de un sorbo, y vuelve a pedir otro vaso y otro y otro, hasta emborracharse.

Por su parte, la exuberante Xiomara reconoce a Gerónimo. A pesar de todo, ella lo sigue amando

y, aprovechando que está en copas, se sienta a su lado para seducirlo.
-Hola guapo, ¿Qué estás haciendo aquí solito?-, pregunta la bella mujer.
-Hola Xiomara.-, él responde, ya embriagado.
-¿Te pasa algo, guapo? Vamos, ánimate, hay que vivir la vida y pasarla rico.-, ella le da besos en el cuello y, discretamente, le desabotona la camisa, y entre copas y caricias, la bella Xiomara se va envolviendo en un juego de pasión. Xiomara lo llena de besos en el cuello, en la boca, mientras que él cierra los ojos y jadea: “Serena… Serena.” La exuberante mujer sigue enredándolo en su pasión.

Al día siguiente, él se despierta, confundido, en la cama de una habitación extraña…
-¿Dónde estoy? ¿Qué estoy haciendo aquí?-, exclama Gerónimo.
De repente, se sorprende al ver a Xiomara, acostada a su lado, completamente desnuda…
-¿Xiomara? ¿Qué estás haciendo aquí?-, dice Gerónimo.
-Mi amor, ayer tuvimos una noche maravillosa. Me dijiste que te amaba.-, dice Xiomara.
-¿Qué estás diciendo?
-Que ayer nos entregamos plenamente a la pasión y el deseo.
-¡Pero, yo no te amo, Xiomara…!
-Eso fue lo que me dijiste anoche, cuando hacíamos el amor.
-No, lo nuestro no puede ser, Xiomara, lo siento. Pero, realmente, lo siento.
Ella lo sujeta con todas sus fuerzas, pero, el logra zafarla rapidamente y la empuja fuertemente contra la pared. El comienza a desesperarse. Ella reacciona indignada.
-Xiomara… discúlpame… por favor, discúlpame… no fue mi intención hacerte daño… pero, compréndelo. Yo no te amo.
-¡Retírate, por favor!-, exclama Xiomara.
-Tienes razón. Adiós, Xiomara.
-Adiós, Gerónimo.
El se retira de su presencia. Entonces, ella llama por telefóno al salón de belleza para hablar con Don Octavio. Pero, Marcia contesta el teléfono y le responde, furiosa, que no está y cuelga el telefono. Xiomara, entonces, sola y desamparada, decide irse lejos para reiniciar una nueva vida.

(* Marcia *)

Han pasado varios años, Gerónimo va al Salón de Belleza a buscar a Serena, pero, se encuentra con Marcia…
-Hola, guapo, ¿Cómo estás? ¿Quieres un corte de cabello?-, dice Marcia, en tono sensual.
-Hola, Marcia. Estoy buscando a Serena, ¿Ella está aquí?
-Pues, lo siento mucho, guapo, pero, tu adorada “zorrita” ya no trabaja aquí. Pero, no te preocupes, que yo estoy dispuesta a darte todo lo que necesites.
-¡Te repito, Marcia, que no vuelvas a llamar “zorra” a Serena!
-¡Está bien, está bien, pero, no te sulfures! Más bien, ¿Qué te parece si hoy salimos a una discoteca que acabaron de inargurar hace poco?
-Marcia… yo…
-No te preocupes, lo entiendo. Sé que nunca vas a amar a otra que no sea esa… ejem… Serena. Lo decía, sin compromiso alguno, solo como amigos, ¿Qué dices?
-Está bien.
Marcia lo mira a Gerónimo con ojos de desbordante pasión.

(* Emma *)

Mientras tanto, Scarlett camina por el boulevard cuando, de repente, se impacta al ver a Emma…
-¿Emma? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿No deberías estar en la clínica?
-He regresado, Scarlett. Y quiero ver a mis hijos.
-Ha pasado mucho tiempo. Ellos, quizás, ya no te reconozcan.
-No importa, igual, seguiré ganándome, nuevamente, por mi cariño. Quiero verlos.
-¿Estás seguro que ya estás recuperada? ¿Y si te da una recaída?
-No, estoy bien. Acabo de ver la vida desde otra perspectiva, conocí a un hombre maravilloso, y lo único que quiero es recuperar la custodia de mis hijos. ¿Dónde están?
-Ellos… ejem… están…
En ese momento, vienen Luz y Benjamín, ya convertidos en unos adolescentes, y de repente, al ver nuevamente a Emma, su madre, guiados por su instinto maternal, corren a abrazarla. Emma abraza fuertemente a sus hijos, mientras le da un beso en la frente. Scarlett mira con rabia aquella enternecedora escena…
-¡Luz! ¡Benjamin! ¡Ya vámonos! ¡Se está haciendo tarde!-, exclama, con voz de mando.
-¡Tía Scarlett! ¡Queremos estar con nuestra madre!-, exclaman Luz y Benjamín.
-¡Vamonos de aquí!-, exclama Scarlett.
-Vamos, Scarlett, déjame estar un rato con mis hijos.-, dice Emma.
Pero, Scarlett no hace caso y le jala un brazo a Luz y Benjamín y los retira de la presencia de Emma. Pero, Emma se siente más aliviada al saber que sus hijos todavía la quieren.

(* Gerónimo *)

Esa noche, Gerónimo se prepara para su cita con Marcia, cuando de repente, piensa en Serena, y dice para sí mismo…
-Lo siento, Marcia, pero, no puedo hacerle esto a Serena. A pesar de todo, yo la amo. Oh, Serena, ¿Dónde estarás? ¿Qué estarás haciendo en este momento? Entonces, él decide no ir a la cita.

Mientras al mismo tiempo, en la discoteca “Nefertiti´s”, Marcia espera insistentemente en la barra, del cual, no llega y comienza a preocuparse, y fuma un cigarrillo. A su lado, está Scarlett…
-¿Te pasa algo?-, pregunta Scarlett.
-Estoy esperando a mi cita, pero, no ha llegado todavía.
-¿Te ha dejado plantada, no es así?
-No, debió haber pasado una emergencia… pero, él no es así. ¿Qué le habrá pasado?
En ese momento, se apagan las luces, comienza el show de la noche… el anunciador presenta a la gran atracción de la noche, Deianne, una talentosa cantante argentina, que deleita a todos con su carisma y sensualidad. “Esta canción es dedicada a ustedes, querido público, es un gran éxito de Katy Perry…” En ese momento, la contagiosa melodía invade la mante de Scarlett y Marcia…
-¡Esa cantante es genial, tengo todos sus discos!-, exclama Marcia.
-¿En serio? ¡Yo nunca la he visto en mi vida!
Así, poco a poco, invadidos por la música, el trago, Marcia y Scarlett se dejan llevar por sus impulsos, y siguen disfrutando de una inolvidable velada. Al día siguiente, las dos amanecen, desnudas, abrazas en una cama.

(* Rodrigo *)

Mientras, Rodrigo está postrado al frente de la entrada del salón de belleza, cuando de repente, aparece Serena…
-¡Serena! ¿Cómo estás? ¡Tiempo que no te veía!
-Hola Rodrigo, estoy bien, ¿Y tú?
-Pues, no me puede ir mejor.
-¿Cómo está Valentín? Hace tiempo que no sé nada de él.
-Valentín y yo estamos muy bien. Cada vez, estamos muy enamorados.
-Me alegra escuchar esto. ¿Y como va todo en el salón de belleza?
-Pues, desde que Marcia se ha hecho cargo del salón de belleza, ya la cosa no es lo mismo. Imagínate, ya son las 8 de la noche, y ella no está aquí. Lo peor es que ella es la única que tiene llave.
En ese momento, vienen Don Octavio, abrazando a Emma. Octavio mira a Serena. Ella sonríe.
-Hola Serena, ¿Qué estás haciendo aquí?-, dice Octavio.
-Estoy bien. Pasaba por aquí cerca, y me encontré con Rodrigo.-, responde la bella Serena.
-Quiero presentarte a Emma, mi pareja.-, dice Octavio, mostrando a Emma.
Serena y Emma estrechan las manos.
-Disculpe que los interrumpa, pero, Marcia no ha llegado y ella tiene la llave para abrir la tienda.-, dice Rodrigo.
-¿Han llamado a Marcia? ¿Ella donde está?-, dice Octavio.
-Pues, la llamé a su celular, pero, no contesta.-, dice Rodrigo.
-Yo sé donde vive. Vamos a buscarla ahora mismo.-, dice Octavio.
De repente, todos se suben al auto de Octavio y se dirigen rumbo a casa de Marcia.

(* Scarlett *)

En la pensión, Marcia y Scarlett siguen dormiendo completamente desnudas, abrazadas entre sí. En ese momento, llegan Serena y los demás y pregunta por Marcia en recepción y suben rapidamente al apartamento. Tocan el timbre con insistencia pero, no responde, entonces, intentan que forzar la puerta. Serena y Emma llaman a la administradora, que tiene las llaves de emergencia y, de inmediato, la abren. Para su asombro, ellos encuentran a Marcia y Scarlett, abrazadas, durmiendo. Emma y Rodrigo están impresionados. Marcia jadea, mientras abraza a Scarlett: “Te amo.”
-¿Scarlett? ¿Qué estás haciendo aquí?-, exclama Emma, impactada.
Scarlett despierta y de repente, se ve completamente, desnuda, al lado de Marcia. Ella se impacta.
-¿Eh? ¡No es lo que estás pensando, Emma!-, exclama Scarlett, levántandose desnuda de la cama.
Emma no la escucha y se retira de la habitación. Octavio va tras ella. Scarlett quiere ir tras Emma, pero, Rodrigo la sujeta fuertemente, para encararla.
-¡Esto es inaudito! ¡Tanto que nos criticaste a Valentín y resultaste ser…!-, exclama Rodrigo, con indignación.
-¡Suéltame, mariquita! ¡Yo no estoy hablando contigo!-, exclama Scarlett.
-¡Oye! ¡Tú no tienes ningún derecho de hablarle así a mi amigo!-, interviene Serena.
En ese momento, se despierta Marcia…
-¿Qué está pasando aquí?-, Marcia despierta, somnolienta.
-¡Lo que pasa es que, finalmente, tu amiga y tú, Marcia, mostraron su verdadera cara!-, exclama Serena.
-¡Oye! ¿De qué estás hablando “zorraltair”?-, exclama Marcia.
-¡Acabo de verte, en la cama, completamente desnuda, junto con otra mujerzuela!-, exclama Serena.
-No es lo que estás pensando, “zorraltair”…-, dice Marcia.
-Pues, todos te vimos, Marcia, tu reputación se ha ido por los suelos.-, exclama Serena.
Serena y Rodrigo se retiran del lugar. Marcia habla con Scarlett que luce desesperada.
-¿Qué está pasando aquí?-, exclama Marcia.
-No lo sé. Eso resuélvelo tú. Permiso.-, dice Scarlett, retirándose de la habitación. Marcia sigue confundida.

(* Octavio y Emma *)

Mientras, afuera del edificio, Octavio alcanza a Emma…
-Emma, ¿Qué pasó? ¿Qué sucede?
-¡Snif! ¡Ahora más que nunca tengo que recuperar a mis hijos!
-¿De qué estás hablando?
-Octavio, por favor, abrázame fuerte.
El la abraza fuertemente con todas sus fuerzas, mientras acaricia su cabello, para calmarla. El, lentamente, la besa. Ella le responde el beso y los dos se besan con desmedida pasión.


(* Emma *)

Dias después, Emma comienza un largo proceso para recuperar la tutela de sus hijos, ahora con evidencias y testigos irrefutables, del cual, Scarlett no tiene otra alternativa que ceder.

Emma, contenta, va a abrazar a sus hijos, Luz y Benjamín. Ella los abraza y besa fuertemente.
-Hijos, ya no los voy a dejar otra vez, los quiero mucho.
-¡Mami! ¡Mami! ¡Te queremos mucho!
Ella vuelve a abrazarlos. Octavio decide retirarse del lugar, pero, Emma lo diviza y le dice que se quede…
-Octavio, ¿Por qué te vas?
-Tienes que estar con tus hijos.
-¡Mami, mami! ¿Quién es ese señor?-, exclama Luz.
-Quiero presentarles a Octavio, un buen hombre.-, dice Emma.
Los niños miran temerosos a Octavio. El solo les sonríe. La pequeña Luz se acerca a darle la mano al hombre, haciendo que ambos intercambien miradas. Y él vuelve a intercambiar miradas con Emma. Los cuatro salen del juzgado, felices y contentos.

Afuera del juzgado, Emma se encuentra con Valentín. Emma deja que los hijos, guiados por un impulso, corren a abrazar a su padre. Emma se acerca a Valentín. Ella luce más resignada con su presencia…
-Hola Valentín, ¿Cómo estás?
-Hola Emma-, él responde, abrazando a sus hijos.
-Te cuento que el juez me ha dado la tutela de los hijos.-, dice Emma.
-Cuánto me alegro. Te felicito.-, dice Valentín, aunque en su mirada, hay un halo de tristeza.
-Valentín… lo he pensado muchas veces… no soy nadie para juzgar a las personas por sus preferencias sexuales… pero,creo que, a pesar de todo, has sido un buen padre con ellos… y pienso…
-¿Qué es lo que quieres decirme, Emma?-, pregunta Valentín, con dudas.
-Pienso que tienes todo mi apoyo para que puedas ver a nuestros hijos.
-¿En serio? ¿No estás bromeando?
-No, es la verdad. Tienes el derecho de visitar a mis hijos, cuantas veces quieras.
-Gracias, Emma. Gracias por todo.-, exclama Valentín, dándole un beso en la mejilla a Emma.
Emma lo mira con ternura y resignación.

(* Scarlett *)

Días después, en el aeropuerto, Scarlett camina triste, con sus maletas, cuando se encuentra con Marcia, que también llevaba una maleta…
-¿Scarlett? ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás triste?-, dice Marcia.
-¡Lo perdí todo! ¡Todo por culpa de un estúpido desliz! ¡Maldita la noche que nos conocimos!
-Pues, yo la pasé “rico” esa noche.
-¡Me voy de este pueblucho para siempre y empezar una nueva vida!
-Te acompaño, yo también, lo perdí todo. Perdí al amor de mi vida, mi reputación, así que me voy, lejos, a iniciar una nueva vida.
-Está bien, quizás, en otro lugar, podamos ser, finalmente, apreciadas.
Las dos, entonces, abordan el avión que las lleve a una nueva vida.
CONTINUARA...

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