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CAPITULO 8, ESCRITO POR: URSULA
Serena mira a Valentín con las lágrimas bañándole sus bellos ojos, mientras por dentro no para de pensar (no, di que no y yo te creeré, no puedes haber jugado conmigo tú como lo han hecho otros, tú no, di que no)
Valentín sabía que de su respuesta dependían muchas cosas, sabía que había actuado mal, Serena no se merecía que él le hubiera dado ilusiones por ciertos comportamientos, pero éramos humanos y como humanos cometíamos errores, solo que esta vez de verdad consideraba que se había pasado de la raya , era una chica confiada y sensible y cualquier persona podría hacerle mucho daño.
Valentín la mira lloroso, y aún sin que diga una palabra Serena ya lo sabe, Valentín era gay, él se intenta acercar a ella, pero Gerónimo la abraza fuertemente contra su musculado pecho y le acaricia protectoramente la cabeza.
- Serena, yo… lo siento, te lo tenía que haber dicho, pero a veces no se sabe como se lo van a tomar las personas y quería que me conocieras por mí mismo.
- Eso lo puedo entender- dijo Serena llorando mientras se soltaba del abrazo de Gerónimo- pero tú mismo me lo has dicho, a mi se me conoce desde el primer minuto, ¿y por qué me has besado ahora, por qué me has agarrado de esa manera de la cintura, por qué te me has quedado mirando con esa cara cuando he salido de mi casa? Parecía que estabas sintiendo algo por mí.
- De verdad Serena, si no fuera gay ten por seguro que ya estaría loco por ti, pero las cosas son como son.
- Ay muchas gracias, me siento muy halagada ahora que todos saben que a Serena Altair Marquez la rechazan de nuevo en público- Serena miró a Gerónimo mientras decía eso último y salió corriendo de allí.
Valentín la mira apenado mientras se aleja de su vista.
- ¿No vas a ir a hablar con ella, anormal?
- No creo que sea lo más correcto, ahora mismo dudo mucho que quiera mi compañía.
- Aparte de anormal eres un cobarde.
- Ah si! ¿tú crees? Sé lo que pasó entre vosotros para que os llevéis así de mal, si Serena se siente así de acomplejada es por lo que tú le hiciste.
Gerónimo le agarra de las solapas de la chaqueta y le levanta un poco los pies del suelo mientras le escupe a la cara.
- Yo era solo un crio, y tenía mis ojos puestos en otro sitio, pero ahora soy un hombre, anormal, y si ella me mandara esa carta de nuevo mi reacción sería muy distinta.
Valentín le mira con ojos de deseo, ese acercamiento le está poniendo malo y estaba provocándole reacciones a su cuerpo que no eran las apropiadas, pero es que así de cerca, era aún más parecido a-… él.
- No me mires con esa cara, gay, conmigo no tienes nada qué hacer, ¿sabes? A mi las cosas estas de por detrás, de dos tios, puaj, me da asco, me repugna, yo soy muy macho.
- Respeto tus tendencias, solo te pido que respetes las mías.
- Jajaja, a mi no me pidas nada, raro, yo hago lo que me sale de las narices.
- ¿Entonces te gusta Serena?
- Que comes que adivinas- le dice Gerónimo antes de irse corriendo tras Serena, esa era su oportunidad de oro, ahora que ya Valentín estaba fuera de juego.
Serena está sentada detrás de un árbol, llorando como una niña pequeña, Gerónimo la ve a lo lejos y dentro de su corazón se despierta una ternura que nunca creyó tener, se acerca lentamente, ella le ve y se intenta levantar, él se lo impide.
- No te vayas por favor, quiero que hablemos Serena.
- Tu y yo no tenemos nada que hablar.
- Si que tenemos cosas que hablar, han pasado muchos años, pero quiero que aclaremos cierto tema que tenemos pendiente.
- ¿Ahora? Lo haces por pena, porque has visto que me ha pasado algo peor que lo otro, seré el hazmerreir entre todos, “pobre Serena, enamorada como una boba de un hombre que jamás la verá como mujer, como pareja” , ¿Qué será lo siguiente que le pase? Se enamorará de un zoofílico, de su abuelo? ¿Cuántos amores imposibles se cruzarán en su vida?
- No lo hago por pena, simplemente creo que es hora de que se aclare el tema.
- ¿Y por qué no lo has hecho antes?
- Quizá porque antes no me importaba lo suficiente como para aclararlo, ¿puedo?- le pregunta Gerónimo haciéndole una seña pidiéndole permiso de sentarse a su lado.
- Desde cuando eres tan considerado, no me gusta que me tengan pena.
- No te tengo pena.
- Bueno, pues dime anda.
- Pues verás, debes de reconocer que éramos unos críos, yo no me esperaba esa carta, casi no sabía ni quien eras, y encima la carta la vi delante de todos mis amigos, sé que no tengo excusa, pero fueron cosas de críos para mi, pero después comenzaste a odiarme y yo pues no iba a ser menos.
- Ja, si ahora la culpable seré yo, no te digo- dijo Serena mientras jugaba nerviosa con uno de sus anillos, dándole vueltas en el dedo.
- Bueno pues puede ser que lo seas Serena, sacaste las cosas de quicio.
- Me parece que es lo que me faltaba esta noche para terminar de hundirme en el fango.
- Pues mi intención no es que te hundas, es salvarte- le dijo Gerónimo mientras se acercaba lentamente.
- ¿No irás a besarme? Ya he tenido bastante por hoy.
- Has tenido un beso con un gay, ahora tendrás un beso con un macho de verdad.
Gerónimo la agarra por los hombros y acerca sus labios a su sensual boca pintada con carmín rosa brillante a juego con ese espectacular vestido, Serena no se puede creer que Gerónimo Salvatierra la fuera a besar después de tantos años deseándolo, cuando Serena estaba cerrando ya los ojos deseosa de sentir ese beso nota un pinchazo en el trasero, ¡algo la ha picado!!! Da un respingo y le araña muy fuerte la cara a Gerónimo con el anillo con el que antes había estado jugando, él se lleva la mano a la herida presuroso, sangraba en abundancia.
- Joder Serena, eres un peligro con piernas, la reina del desastre Dios mío, ni en estos momentos pueden dejar de pasarte estas cosas tan irreales.
- Lo siento Gerónimo, es que algo me picó.
- Más bien lo que no querías es que te “picara” yo, me temo.
- Que no es eso, a ver que te vea- Serena le mira la herida y parece profunda- debemos ir al hospital.
- Si, a lo mejor necesito puntos, vamos en mi cocheç
- No me mires con esa cara, gay, conmigo no tienes nada qué hacer, ¿sabes? A mi las cosas estas de por detrás, de dos tios, puaj, me da asco, me repugna, yo soy muy macho.
- Respeto tus tendencias, solo te pido que respetes las mías.
- Jajaja, a mi no me pidas nada, raro, yo hago lo que me sale de las narices.
- ¿Entonces te gusta Serena?
- Que comes que adivinas- le dice Gerónimo antes de irse corriendo tras Serena, esa era su oportunidad de oro, ahora que ya Valentín estaba fuera de juego.
Serena está sentada detrás de un árbol, llorando como una niña pequeña, Gerónimo la ve a lo lejos y dentro de su corazón se despierta una ternura que nunca creyó tener, se acerca lentamente, ella le ve y se intenta levantar, él se lo impide.
- No te vayas por favor, quiero que hablemos Serena.
- Tu y yo no tenemos nada que hablar.
- Si que tenemos cosas que hablar, han pasado muchos años, pero quiero que aclaremos cierto tema que tenemos pendiente.
- ¿Ahora? Lo haces por pena, porque has visto que me ha pasado algo peor que lo otro, seré el hazmerreir entre todos, “pobre Serena, enamorada como una boba de un hombre que jamás la verá como mujer, como pareja” , ¿Qué será lo siguiente que le pase? Se enamorará de un zoofílico, de su abuelo? ¿Cuántos amores imposibles se cruzarán en su vida?
- No lo hago por pena, simplemente creo que es hora de que se aclare el tema.
- ¿Y por qué no lo has hecho antes?
- Quizá porque antes no me importaba lo suficiente como para aclararlo, ¿puedo?- le pregunta Gerónimo haciéndole una seña pidiéndole permiso de sentarse a su lado.
- Desde cuando eres tan considerado, no me gusta que me tengan pena.
- No te tengo pena.
- Bueno, pues dime anda.
- Pues verás, debes de reconocer que éramos unos críos, yo no me esperaba esa carta, casi no sabía ni quien eras, y encima la carta la vi delante de todos mis amigos, sé que no tengo excusa, pero fueron cosas de críos para mi, pero después comenzaste a odiarme y yo pues no iba a ser menos.
- Ja, si ahora la culpable seré yo, no te digo- dijo Serena mientras jugaba nerviosa con uno de sus anillos, dándole vueltas en el dedo.
- Bueno pues puede ser que lo seas Serena, sacaste las cosas de quicio.
- Me parece que es lo que me faltaba esta noche para terminar de hundirme en el fango.
- Pues mi intención no es que te hundas, es salvarte- le dijo Gerónimo mientras se acercaba lentamente.
- ¿No irás a besarme? Ya he tenido bastante por hoy.
- Has tenido un beso con un gay, ahora tendrás un beso con un macho de verdad.
Gerónimo la agarra por los hombros y acerca sus labios a su sensual boca pintada con carmín rosa brillante a juego con ese espectacular vestido, Serena no se puede creer que Gerónimo Salvatierra la fuera a besar después de tantos años deseándolo, cuando Serena estaba cerrando ya los ojos deseosa de sentir ese beso nota un pinchazo en el trasero, ¡algo la ha picado!!! Da un respingo y le araña muy fuerte la cara a Gerónimo con el anillo con el que antes había estado jugando, él se lleva la mano a la herida presuroso, sangraba en abundancia.
- Joder Serena, eres un peligro con piernas, la reina del desastre Dios mío, ni en estos momentos pueden dejar de pasarte estas cosas tan irreales.
- Lo siento Gerónimo, es que algo me picó.
- Más bien lo que no querías es que te “picara” yo, me temo.
- Que no es eso, a ver que te vea- Serena le mira la herida y parece profunda- debemos ir al hospital.
- Si, a lo mejor necesito puntos, vamos en mi cocheç
- No sé conducir, la verdad, y estoy pensando seriamente en no sacarme el permiso.
- Y todos los de la ciudad te lo agradeceremos Serena, esta bien- dice Gerónimo suspirando- voy a llamar a mi padrino.
- ¿A Don Octavio?
- Si ¿pasa algo?. Dice Gerónimo mientras marca el número de su padrino- mi padre hoy tenía guardia y mi madre no sabe conducir, algo tengo que hacer, eh… si padrino, disculpa, ¿me podrías llevar al hospital?- Gerónimo le cuenta lo sucedido, - joder padrino, no me eches la bronca ahora, y ven anda que posiblemente me tengan que dar unos puntos.
Gerónimo y Serena van en el asiento de atrás del lujoso mercedes de Don Octavio, que iba acompañado de Marcia, ya que en el momento de la llamada estaba a su lado y finge preocupación para ir con ellos con tal de no dejar a Octavio con la zorraltair esa, Serena iba muy seria, estaba preocupada por lo que le había hecho a Geronimo, la verdad es que era la reina del desastre, él tenía razón en las cosas que le decía, Gerónimo se la queda mirando y refugiado por la oscuridad del coche le da la mano, ella le mira sobresaltada pero no se retira, siente cosquillas y nervios en su interior, y estaba hecha un lío, le gustaba Valentín, pero ahora mismo parecía que el tiempo había vuelto atrás, a cuando le quería a él y eso es lo que sentía en ese preciso instante, el corazón se le aceleró mientras Gerónimo jugaba sensualmente con su mano.
- ¿Qué estáis haciendo ahí atrás?- dijo Marcia con sarcasmo.
- Nada Marcia, metete en tus asuntos.
- Jajajaja, tú eres mi asunto, para eso siempre me has querido-dijo Marcia con toda la intención para molestar a la "zorraltair" que parecía que estaba mirando demasiado a su Gero. Serena le mira cabreada y le suelta de inmediato mirando acto seguido por la ventana del coche.
- Ya te dije que de eso hace tiempo y ya para mi no eres nada, pero si quieres te lo digo más claro aún, por mi te puedes ir a la mierda Marcia- le dice Gerónimo mosqueado, la conoce demasiado, lo hace para hacerse notar, para ser la protagonista, pero sobre todo para molestar a Serena.
- Ahijado, esas no son formas de hablar.
- Cállate que no eres el indicado para darme clases de moral, viejo verde, si te he llamado es porque no me quedo de otra, me cago en la leche, maldita mi jodida suerte, no me gusta pedirte nada, y menos ahora.
Antes de que las cosas pasaran a mayores llegan al hospital, la chica de recepción al ver la cara de Gerónimo y como sangraba le hace pasar de inmediato.
- Yo voy contigo ahijado.
- No necesito de ti, ya no soy un crio joder, me sé cuidar bien solo.
- Pues no lo parece, siempre andas metido en algo.
- No me jodas anda y dejame en paz de una puta vez.
- ¿A Don Octavio?
- Si ¿pasa algo?. Dice Gerónimo mientras marca el número de su padrino- mi padre hoy tenía guardia y mi madre no sabe conducir, algo tengo que hacer, eh… si padrino, disculpa, ¿me podrías llevar al hospital?- Gerónimo le cuenta lo sucedido, - joder padrino, no me eches la bronca ahora, y ven anda que posiblemente me tengan que dar unos puntos.
Gerónimo y Serena van en el asiento de atrás del lujoso mercedes de Don Octavio, que iba acompañado de Marcia, ya que en el momento de la llamada estaba a su lado y finge preocupación para ir con ellos con tal de no dejar a Octavio con la zorraltair esa, Serena iba muy seria, estaba preocupada por lo que le había hecho a Geronimo, la verdad es que era la reina del desastre, él tenía razón en las cosas que le decía, Gerónimo se la queda mirando y refugiado por la oscuridad del coche le da la mano, ella le mira sobresaltada pero no se retira, siente cosquillas y nervios en su interior, y estaba hecha un lío, le gustaba Valentín, pero ahora mismo parecía que el tiempo había vuelto atrás, a cuando le quería a él y eso es lo que sentía en ese preciso instante, el corazón se le aceleró mientras Gerónimo jugaba sensualmente con su mano.
- ¿Qué estáis haciendo ahí atrás?- dijo Marcia con sarcasmo.
- Nada Marcia, metete en tus asuntos.
- Jajajaja, tú eres mi asunto, para eso siempre me has querido-dijo Marcia con toda la intención para molestar a la "zorraltair" que parecía que estaba mirando demasiado a su Gero. Serena le mira cabreada y le suelta de inmediato mirando acto seguido por la ventana del coche.
- Ya te dije que de eso hace tiempo y ya para mi no eres nada, pero si quieres te lo digo más claro aún, por mi te puedes ir a la mierda Marcia- le dice Gerónimo mosqueado, la conoce demasiado, lo hace para hacerse notar, para ser la protagonista, pero sobre todo para molestar a Serena.
- Ahijado, esas no son formas de hablar.
- Cállate que no eres el indicado para darme clases de moral, viejo verde, si te he llamado es porque no me quedo de otra, me cago en la leche, maldita mi jodida suerte, no me gusta pedirte nada, y menos ahora.
Antes de que las cosas pasaran a mayores llegan al hospital, la chica de recepción al ver la cara de Gerónimo y como sangraba le hace pasar de inmediato.
- Yo voy contigo ahijado.
- No necesito de ti, ya no soy un crio joder, me sé cuidar bien solo.
- Pues no lo parece, siempre andas metido en algo.
- No me jodas anda y dejame en paz de una puta vez.
Octavio agarra fuertemente del brazo a Gerónimo y le acompaña dentro dejando solas a Marcia y Serena.
- Que cosas más raras te pasan ¿no zorraltair? Pero siempre te pasan estando rodeada de mis papacitos.
- ¿Tus papacitos?
- Si, Octavio es mi papazote bello de ahora, le amo, y si pones tus ojos en él te va a ir muy mal zorrona.
- ¿Y Gerónimo?
- Él es mío desde siempre, me ha querido desde que éramos unos críos, es amigo de mi hermano, siempre estaba detrás de mi , pero nunca le hice caso, jajajaja, ha plantado a muchas esperándome, una era una modelo y le dijo no porque yo le di una leve esperanza, lo hice para que no se fuera con esa puta jajaja, no me gusta que me dejen mis papacitos aunque yo no quiera nada de ellos, y un día hace muchos años, ridiculizó a una niña mema que le dio una carta de amor- Serena abre los ojos como platos y la mira con mas atención- la muy tonta se le declaraba en la carta, él luego me dijo partido de la risa que ni siquiera se dio cuenta se su presencia hasta ese dia, pero que al verla le dio asco, era una flacucha, fea y enfermiza, y se viene a fijar en semejante papazote…
- No tengo porque escucharte más- la corta Serena antes de salir corriendo de allí, Marcia se la queda mirando mientras sonreía, sabía ya por su hermano que esa chica era Serena, había sacado el tema a posta, para hacerla daño, a sus papacitos nadie los tocaba, ni a los de ahora ni a los de antes y menos la "zorraltair".
CONTINUARÁ...
¡¡geronimo es tan guaapo como malo pero resulta muy atractivo¡
ReplyDeletepara leerlo o verlo en la tele (bueno parece que esté viendolo) es muy interesante, resulta seductor así tan malo, tratanto a valentin.
si, es verdad, gerónimo nos ha salido bastante "malito", por más que hemos intentado humanizarlo. Incluso, a veces no queríamos que Serena se quede con Gerónimo. Algunos pensaron en emparejar a Serena con Don Octavio y hasta Valentín (pero, sabemos que es imposible porque es "gay").
ReplyDeleteSaludos,
Renzo