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CAPITULO 24 (¡¡¡GRAN FINAL!!!), ESCRITO POR: RENZO

CAPITULO 24 (¡¡¡GRAN FINAL!!!) ESCRITO POR: RENZO (* Serena *) Rato después, Serena, completamente, desnuda reposa sobre el cuerpo de Gerónimo… -Gracias mi amor, por esta noche. Eres un ángel. Te amo.-, dice Serena. -Te amo, Serena, te amo. Sé que he sido muy obesivo e infantil contigo, pero, a pesar de todo, te amo. Y Serena… yo… ejem… ¿Quieres casarte conmigo? -¿Me proponer matrimonio, Gerónimo? -Bueno, no es ninguna obligación…. -¿Esto responde a tu pregunta? La hermosa mujer le da un beso a su amado, y ambos vuelven a besarse, dándo rienda suelta a su amor. (* Valentin *) Entonces, ellos notifican la noticia a sus familiares y amigos de la boda. Es cuando, Serena, caminando por la playa, se encuentra nuevamente con Valentín y sus dos hijos. Valentín está felíz de volver a ver a Serena, su gran amiga, la incondicional, aquella señorita del desastre que cambió para siempre su vida… -Serena… ¿Cómo estás? -¡Valentín! ¿Cómo estás? ¿Y esos… ejem…jóvenes? -Son mis hijos… Luz y Benjamín.-,
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CAPITULO 23, ESCRITO POR: DEIANNE

CAPITULO 23, ESCRITO POR: DEIANNE (* Serena y Gerónimo *) Serena empujó a Gerónimo y le dio una cachetada ante la vista de los dos niños y Xiomara. -¡Nunca más te acerques a mí, Gerónimo!-Luego de esto se dio media vuelta y se fue. A partir de ese día, Serena no volvió a llevar a Paula, la niñita que cuidaba a aquel parque. El tiempo pasó y la pequeña se convirtió en una señorita, tan desastrosa y torpe como su niñera. Serena adoraba a Paula, sentía como si fuera una hija propia. Una tarde mientras ella arreglaba el desorden que Paula había dejado en su habitación, sonó el teléfono. -¿Si?-Preguntó ella. -Hablamos del colegio de Paula Chois, ¿Es usted su tutora? -Lo soy ¿Qué ha sucedido?-Preguntó preocupada. -Si pudiera venir ahora mismo, se lo contamos personalmente, no es un asunto que pueda tratarse por teléfono. -¡Claro, ahora mismo estoy haya! Media hora más tarde, Serena entró en la oficina de la directora, y se sorprendió en demasía al ver sentado a Gerónimo Salvatierra junto a u

CAPITULO 22, ESCRITO POR: RENZO

CAPITULO 22, ESCRITO POR: RENZO ACTUACION ESPECIAL: RENZOCH (Foronovelista) como Renzo, esposo de Xiomara (* Xiomara *) Han pasado cuatro años, Xiomara ha contraído matrimonio con Renzo, un playboy norteamericano, donde ambos tienen una niña, Paula. -Oh, Xiomara, qué bella eres… cuánto te deseo, te idolatro-, jadea Renzo, llenando de besos y caricias al cuerpo desnudo de la bella mujer. -Oh… oh… te amo, Renzo… eres lo mejor que ha pasado en mi vida…-, jadea la bella Xiomara. En ese momento, suena el timbre. -¿Quién osa interrumpir este bello momento?-, pregunta Renzo, enojado. -¡Debe ser la niñera que me recomendaron en la agencia! -¿Contrataste una niñera? ¡No puedo creerlo! -Disculpa por no decirte antes, pero, conseguí un trabajo como Anfitriona en un Restaurante. -¿Conseguiste un trabajo? ¿Para qué? Si yo puedo darte todo lo que necesitas. -Es que quiero ser útil. Es por eso. -Pienso que estás cometiendo un error... ¿Vas a dejar a tu hija en manos de una extraña? -Asi es, mi amor.

CAPITULO 21, ESCRITO POR: RENZO

CAPITULO 21, ESCRITO POR: RENZO (* Serena y sus galanes *) Esa noche, Gerónimo, dolido por su discusión con Serena, decide ir a un bar para desahogar sus penas. Triste, se sienta en la barra donde pide un vaso de whiskey en las rocas, y se lo toma todo de un sorbo, y vuelve a pedir otro vaso y otro y otro, hasta emborracharse. Por su parte, la exuberante Xiomara reconoce a Gerónimo. A pesar de todo, ella lo sigue amando y, aprovechando que está en copas, se sienta a su lado para seducirlo. -Hola guapo, ¿Qué estás haciendo aquí solito?-, pregunta la bella mujer. -Hola Xiomara.-, él responde, ya embriagado. -¿Te pasa algo, guapo? Vamos, ánimate, hay que vivir la vida y pasarla rico.-, ella le da besos en el cuello y, discretamente, le desabotona la camisa, y entre copas y caricias, la bella Xiomara se va envolviendo en un juego de pasión. Xiomara lo llena de besos en el cuello, en la boca, mientras que él cierra los ojos y jadea: “Serena… Serena.” La exuberante mujer sigue enredándolo en

CAPITULO 20, ESCRITO POR: DEIANNE

CAPITULO 20, ESCRITO POR: DEIANNE Era de mañana, dos enfermeras cotillas observaban como una pareja caminaba por los verdes jardines del centro de salud mental. En los pasillos se rumoreaba que desde que se habían conocido, la luz había vuelto a los ojos de aquel hombre y la cordura a los actos de aquella mujer. (* Octavio y Emma *) Ella era una rubia muy bella, que a lo largo de su vida sufrió muchísimas heridas en su débil corazón. Él, un hombre que construyendo su futuro, se había olvidado de vivir. -Valentín vino a visitarme ayer ¿Sabes?-Le contó Emma mientras acariciaba una delicada amapola. Octavio la miró entre preocupado y ansioso. -¿Qué sucedió? Ambos siguieron caminando entre los bellos senderos de flores. -Pues él recibió una llamada de la directora, y le contaron que mi mejoría era muy notable. Que me darían el alta muy pronto-Ella sonrió ante esa confesión y se sintió más viva que nunca al imaginar que vería a sus pequeños hijos nuevamente. Aspiro el aroma de la naturaleza

CAPITULO 19, ESCRITO POR DEIANNE

CAPITULO 19, ESCRITO POR DEIANNE Estaban recostados junto a la chimenea dentro de la casa. Serena miraba nostálgicamente el papel que tenía entre sus manos. Gerónimo lucía un poco perdido en sus pensamientos. Él la abrazaba tiernamente por la cintura. El fuego de matices anaranjados iluminaba sus rostros. -Me disculpare con él cuando regrese, Serena, si eso te hace feliz-Comentó él con la voz un poco forzada. -Me encantaría que ustedes dos pudieran llevarse bien-Comentó ella mientras acariciaba el fornido pecho de Gerónimo-Después de todo son los hombres de mi vida. -¿Eso quiere decir que ya lo has perdonado, Serena?... -Creo que no tengo ya nada que perdonarle. Me ha dicho la verdad mediante esta carta, se ha sincerado, creo que merece otra oportunidad. -Tú siempre tan buena-Susurró él. Enredo el rubio cabello de Serena entre sus dedos-Te amo por ello. No merecía que me perdones a mí, siempre he sido tan arrogante. -Lo has pagado muy caro ya, Gerónimo, deja de torturarte. Yo te acepto